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Museo Karura Art Centre (MKAC)

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MUSEO KARURA ART CENTRE

(MKAC)

EXPOSICION

«GOYA Y SUS CARTONES»

BIOGRAFIA DE FRANCISCO DE GOYA Y LUCIENTES

Nacido en el pueblo aragonés de Fuendetodos, en el año 1746, Francisco de Goya y Lucientes es considerado como el primer pintor moderno y como el inspirador de movimientos artísticos posteriores tales como el impresionismo y el expresionismo.

Pintor y grabador, su obra se ejecuta a través de la pintura mural, la pintura de caballete, el dibujo y el grabado.

Tras aprender unos conocimientos generales en España, viaja, en 1770, a Italia para entrar en contacto con el neoclasicismo que, junto con el pintoresquismo costumbrista, caracterizará su obra una vez de regreso a su país natal.

Gracias a su boda con la hermana del pintor más famoso de la época, Francisco Bayeu, el pintor comienza a relacionarse con la corte y, bajo la dirección de su cuñado, pinta los cartones para los tapices elaborados por la Real Fábrica; tapices que decorarán las estancias palaciegas, especialmente, el del Palacio del Pardo y el Escorial.

Estos cartones están considerados como los trabajos de Goya que le consolidarán como pintor.

En 1785, es nombrado pintor del rey Carlos III y, tras el fallecimiento de este, es nombrado por su sucesor, Carlos IV, pintor de cámara, (1799), comenzando a pintar, principalmente, retratos de encargo, entre los que cabe destacar el de “La Duquesa de Alba” y “La familia de Carlos IV”, que, a medida que van pasando los años, van reflejando los cambios del estilo del artista.

Tras una grave enfermedad, la producción artística de Goya convulsionó hacia una pintura más creativa y original que le aleja de las costumbres amables de la época que reflejaron sus obras hasta ese momento. A partir de este momento, sus pinturas reflejan el lado más negativo de la existencia y realiza ochenta y cuatro grabados sobre temas como la corrupción, el anticlericarismo, los vicios humanos, la brujería, la superstición…, comenzando a aparecer en sus obras la sátira sobre los defectos sociales.

Este aspecto pesimista y crítico se acrecienta con la Guerra de la Independencia, a partir de la cual Goya se acerca y se identifica más con la sociedad del momento y con la miseria humana, la desolación y el sufrimiento que padece el pueblo.

El artista zaragozano fallece, en el año 1828, en la ciudad francesa de Burdeos a donde se había exiliado tras la instauración en España del absolutismo de Fernando VII.
LOS CARTONES DE FRANCISCO DE GOYA. ORIGEN

La elaboración de tapices surge en España por el deseo de la dinastía de los Borbones de fomentar una industria de calidad, gracias a este tipo de manufactura, y tratando de reforzar el espíritu de la Ilustración mediante la representación de diversas escenas y motivos con connotaciones españolas.

Fue a partir del reinado de Carlos III, (1716 – 1788), cuando se inicia esta tradición que continuaron monarcas sucesivos.

La realización de un tapiz es un proceso complejo y, por la tanto, no siempre rápido que requiere una consecución de etapas rigurosamente establecidas.

En primer lugar, se debe realizar un cartón con la escena elegida reproducida en él, realizada por pintores secundarios, que sirve de base para la realización del telar propiamente dicho. Para ello, muchas veces, los pintores realizaban varios bocetos hasta encontrar aquel que se ajustaba no sólo a los criterios del monarca de turno sino que, también, debían elaborarse de tal forma que la imagen o la escena que figuraba en él se pudiera adaptar a las exigencias requeridas en la confección del tapiz.

Previamente a todo este proceso, se media la estancia de destino de un tapiz u se informaba al director de la Real Fábrica Española de Tapices de sus dimensiones y de la temática que el cliente prefería que figurara en él.

A continuación, el artista preparaba un boceto a escala que debía ser aprobado por el monarca, boceto con el que se elaboraba el cartón del mismo tamaño que el del tapiz al que iba a servir de base.

Dado que estos tapices estaban destinados a decorar sitios poco conocidos y a embellecer las estancias privadas de las residencias y palacios españoles , a los que sólo accedían un número reducido de personas, los cartones carecían de valor y se consideraban una tarea modesta realizada por pintores de segunda fila.

 

LOS CARTONES DE FRANCISCO DE GOYA. DESTINO

Los cartones elaborados por Francisco de Goya y que sirvieron de base para la elaboración de los tapices reales, tuvieron como destino la decoración de las estancias reales de los palacios del monarca Carlos III y, más concretamente, de El Pardo y del Escorial, una consecuencia indirecta de la gran afición que sentía el monarca por la caza y que le llevada a establecer la corte española, en dos épocas del año, en El Pardo, a 15 kilómetros de la capital, y en San Lorenzo del Escorial, en donde poseía grandes extensiones de terreno que dedicaba a la práctica de esta actividad.

De forma más concreta, la ubicación de los tapices, dentro de cada edificio, y por lo tanto el motivo de sus escenas dependía de la estancia a la que estuvieran destinados para decorarlos. De esta forma, se le atribuía a cada estancia, ya fueran alcobas, comedores, despachos o salones, una temática específica.

Para adornar las paredes de mayor tamaño, Goya realizaba cartones con temas importantes y esenciales mientras que, para decorar espacios pequeño o habitaciones de secundarias los temas se ajustaban a esa característica.

LOS CARTONES DE FRANCISCO DE GOYA. GOYA Y LOS CARTONES

La relación que Goya estableció con la corte española, le permitió estar al servicio de los monarcas y realizar, durante casi veinte años, decenas de cartones que, tras cumplir el objetivo para el cual fueron creados y como obras de poco valor, acabaron almacenados en habitáculos de la Real Fábrica. En el año 1858 fueron llevados al Palacio real en donde fueron descubiertos, en 1870, por Gregorio Cruzada Villaamil; pocos años más tardes fueron puestos en el Museo del Prado.

Goyo comenzó su labor como pintor de cartones, para la Real Fábrica, de la mano de su cuñado Francisco Bayeu quien, por entonces, era pintor de la corte; esta situación le sirvió con el tiempo como puerta de acceso a la corte de Carlos III y del príncipe heredero, el futuro, Carlos IV.

Sin embargo, antes de alcanzar una total autonomía en la corte, el pintor tuvo que subordinarse a la autoridad de su cuñado, quien supervisaba los cartones que realizaba, y ajustar la temática y la elaboración de los cartones que realizaba a las indicaciones de su familiar y superior.

Tras realizar, en el año 1775, cinco diseños para tapices principales y secundarios y tener estos muy buena acogida ante la corte, se le permitió crear cartones de su propia invención y sin tener que ser su trabajo supervisado por Bayeu.

Libre ya para crear este tipo de cartones, Goya arrincona la elaboración de bocetos con temas típicos hasta ese momento y crea cartones con temáticas costumbristas,, humorísticas y de personajes locales cuyas figuras se interactúan entre sí y que enriquecen las compasiones que aparecen en ellos.

El pintor realiza cartones para la Real Fábrica a lo largo de veinte años repartidos en dos periodos. El primer periodo, abarca desde el año 1775 hasta el año 1780; año en el que la debido a la guerra se suspende la elaboración de tapices. El segundo periodo, abarca desde 1786 a 1792, año en el que una grave enfermedad que padece el pintor y que le provoca una sordera lleva al pintor a dejar de crear sus ya célebres cartones.

LOS CARTONES DE FRANCISCO DE GOYA. SERIES

Primera serie, (1775)

Los cartones elaborados en esta época, muestran a un Francisco de Goya recién llegado a la corte, de la mano de su mentor y cuñado Francisco Bayeu, y sujeto al criterio artístico de éste que le indicaba la temática que debía tratar.

Es para el pintor zaragozano una etapa difícil en la que debe crear cartones con escenas realistas y cotidianas que incluyen, sobre todo, cuadros alusivos a la caza, deporte al que los monarcas eran muy aficionados.

Algunos de los cartones de esta serie fueron atribuidos, hasta el siglo XIX, a Francisco Bayeu y no a Goya ya que así figuraba la autoría en los recibos de entrega expedidos.

“La caza del jabalí”

“La caza del jabalí”

“La caza de la codorniz”

“La caza de la codorniz”

“Perros y útiles de caza”

“Perros y útiles de caza”

"Caza con reclamo"

«Caza con reclamo»

“Partida de caza”

“Partida de caza”

“Cazador cargando la escopeta”

“Cazador cargando la escopeta”

“El cazador con sus perros

“El cazador con sus perros”

“El pescador de caña”,

“El pescador de caña”

Segunda serie, (1776 – 1778)

Esta serie se caracteriza, principalmente, por cartones realizados por el artista sin la tutela de su cuñado y, por lo tanto, concebidos en función de la creatividad e inspiración de Goya.

Sin embargo, la temática plasmada se acerca al gusto cortesano de la época que deseaba ser retratados como majos y majas, intentado acercarse de esta forma a las costumbres de los ciudadanos.

Además de la inclusión de majos en casi todos los cartones de esta serie, las características de esta segunda etapa son el abandono los motivos cinegéticos, una composición de los mismos pero de formas más simples, una magnífica iluminación y la utilización de colores claros, todo ello en aras de favorecer el trabajo de los tejedores que elaborarían los tapices.

“La merienda a orillas del Manzanares”

“La merienda a orillas del Manzanares”

“El baile de San Antonio de la Florida"

“El baile de San Antonio de la Florida»

“El bebedor”

“El bebedor”

“El quitasol”

“El quitasol”

“La maja y los embozados”

“La maja y los embozados”

"La riña en la Venta Nueva”

«La riña en la Venta Nueva”

“Jugadores de naipes”

“Jugadores de naipes”

“La cometa”

“La cometa”

“Muchachos cogiendo fruta”

“Muchachos cogiendo fruta”

“Niños inflando una vejiga”

“Niños inflando una vejiga”

Tercera serie, (1778 – 1779)

Tras rematar su segunda serie de cartones con un notable éxito, Goya recibe el encargo de realizar una tercera cuyos tapices estarían destinados a decorar el antedormitorio de los Príncipes de Asturias, Don Carlos y Doña María Luisa, quienes no dudan, una vez convertidos en reyes, otorgarle al pintor todos sus favores.

Aunque su solicitud al puesto de pintor de cámara, a la muerte de Mengs, es rechazada, El artista aragonés se convierte en un pintor valioso para el nuevo monarca, por lo que este le encarga nuevos cartones, encargos que él lleva a cabo con notable éxito.

En esta nueva etapa, Goya se transforma en un artista consolidado, que ya no necesita de ningún tutelaje, y que otorga a sus obras contrastes diferentes y terrosos, con los que logra realzar el papel de los personajes más importantes representados en ellos, y matices cobrizos, azules y grises con los que consigue una gran armonía.

“El ciego de la guitarra”

“El ciego de la guitarra”

“El chatarrero”

“El chatarrero”

“La acerolada”

“La acerolada”

“La feria de Madrid”

“La feria de Madrid”

“El militar y la señora”

“El militar y la señora”

"Muchachos jugando a soldados”

«Muchachos jugando a soldados”

“El niño del árbol”

“El niño del árbol”

"El muchacho del pájaro”

«El muchacho del pájaro”

“El majo de la guitarra”

“El majo de la guitarra”

Cuarta serie, (1779 – 1780)

Aunque muchos autores consideran esta serie, destinada a adornar el dormitorio de los príncipes, como una prolongación de la anterior, el experto Tomlinson considera que posee rasgos únicos y muy diferentes a la serie precedente y que, aún manteniendo la gama cromática, los colorares evolucionan hacia el manejo de los fondos y de los rostros de los personajes muchos más perfeccionados.

La temática de los cartones presenta una inclinación ampliamente sensual, disfrazando y dulcificando las escenas mediante la utilización de metáforas y alegorías, probablemente acorde con el destino de los tapices: el dormitorio conyugal.

Una vez más, el artista satisface el gusto regio y consigue comenzar a destacar entre otros pintores de la corte. Este avance se ve frustrado por el reajuste económico que tuvo que realizar la corte para poder hacer frente a la guerra iniciada entre España y Portugal.

Por esta razón, Goya debe comenzar a trabajar en el sector privado tras decidir el monarca cerrar la Real Fábrica de Tapices.

“El columpio”

“El columpio”

“El juego de la pelota a pala”

“El juego de la pelota a pala”

“El médico”

“El médico”

“El balancín”

“El balancín”

“Niños del carretón”

“Niños del carretón”

“La cita”

“La cita”

“El resguardo de tabacos”

“El resguardo de tabacos”

“Las lavanderas”

“Las lavanderas”

“Los leñadores”

“Los leñadores”

“La novillada”

“La novillada”

Quinta serie, (1786 – 1787)

En el año 1786, años en que el pintor es nombrado pintor del rey, Goya es llamado para pintar los cartones de los tapices que decorarán el comedor de los Príncipes de Asturias, quienes le piden temas agradables y desenfadados.

Apelando a la costumbre de inmortalizar de manera alegórica las cuatro estaciones, el artista pinta escenas de aldeanos y de carácter campestre a través de los cuales pretende evocar el dolor y el sufrimiento que conlleva el trabajo en el campo.

Sin embargo, los tapices que estaban destinados, en principio, a embellecer el comedor principesco del Palacio de El Pardo, se trasladan a El Escorial en cuyas paredes son colocados in un orden establecido. 

“Niños con mastines”

“Niños con mastines”

“Niño montando un carnero”

“Niño montando un carnero”

“Las floreras”

“Las floreras”

“La nevada”

“La nevada”

“El albañil herido”

“El albañil herido”

“Los pobres en la fuente”

“Los pobres en la fuente”

 “Riña de gatos”

“Riña de gatos”

“La vendimia”

“La vendimia”

“La marica en un árbol”

“La marica en un árbol”

“La era”

“La era”

“Cazador junto a una fuente”

“Cazador junto a una fuente”

“Pastor tocando la dulzaina”

“Pastor tocando la dulzaina”

Sexta serie, (1787 – 1788)

De nuevo el éxito obtenido por Goya en la creación de los anteriores cartones, lleva a que se le encomiende una sexta serie para decorar las habitaciones de los hijos de los Príncipes de Asturias, y que pone de manifiesto una complejísima elaboración desconocida hasta el momento.

Goya retoma, de nuevo, la arquitectura madrileña con la parición en sus cartones de los edificios de la Iglesia de San Francisco el Grande y del Palacio Real que aparecen como fondo de composiciones festivas de majos y majas ataviados a la moda parisina.

Las peculiaridades de esta sexta serie se establecen en el gran dinamismo que aparece en las diferentes escenas y una elaborada utilización de la luz, ambas aportan un ambiente aristocrático que contrasta con las escenas festivas y familiares.

“La pradera de San Isidro”

“La pradera de San Isidro”

“La ermita de San Isidro el día de la fiesta”

“La ermita de San Isidro el día de la fiesta”

“La gallina ciega”

“La gallina ciega”

“Escena campestre”

“Escena campestre”

“Gato acosado"

“Gato acosado»

Séptima serie, (1791 – 1792)

Tras pintar los retratos de los nuevos reyes, Carlos IV y María Luisa, Goya es nombrado pintor de cámara con lo que el artista, consciente de su nueva responsabilidad, rehúsa pintar nuevas series de cartones; sin embargo, debe acceder a ello por exigencia del monarca que quiere decorar El Escorial, edificio en el que se establece, ocasionalmente, con su familia.

Como artista real, pues, el pintor debe realizar nuevos cartones, cuyo destino será el despacho del rey. Muy a su pesar, Francisco de Goya, retoma su antigua actividad y comienza a realizar los doce cartones que se le han pedido.

“Mujeres conversando”

“Mujeres conversando”

“Las gigantillas”

“Las gigantillas”

“Los zancos”

“Los zancos”

"La boda"

«La boda»

“Las mozas del cántaro”

“Las mozas del cántaro”

“Muchachos trepando a un árbol”

“Muchachos trepando a un árbol”

“El pelele”

“El pelele”

LISTADO

“CARTONES DE GOYA”

 

Primera serie, (1775)

“La caza del jabalí”, (1775), Palacio Real, Madrid.

 “La caza de la codorniz”, (1775), Museo del Prado, Madrid.

“Perros y útiles de caza”, (1775), Museo del Prado, Madrid.

“Caza con reclamo”, (1775), Museo del Prado, Madrid.

“Partida de caza”, (1775), Museo del Prado, Madrid.

“Cazador cargando la escopeta”, (1775), Museo del Prado, Madrid.

“El cazador con sus perros”, (1775), Museo del Prado, Madrid.

“El pescador de caña”,  (1775), Museo del Prado, Madrid.

 Segunda serie,  (1776-1778)

«La merienda a orillas del Manzanares”, (1776), Museo del Prado, Madrid.

“El baile de San Antonio de la Florida”, (1776-1777), Museo del Prado, Madrid.

“El bebedor”, (1777), Museo del Prado, Madrid.

“El quitasol”, (1777), Museo del Prado, Madrid.

“La maja y los embozados”, (“El paseo por Andalucía”), (1777), Museo del Prado, Madrid.

“La riña en la Venta Nueva”, (1777), Museo del Prado, Madrid.

“Jugadores de naipes”, (1777-1778), Museo del Prado, Madrid.

“La cometa”, (1778), Museo del Prado, Madrid.

“Muchachos cogiendo fruta”, (1778), Museo del Prado, Madrid.

“Niños inflando una vejiga”, (1776-1778), Museo del Prado, Madrid.

Tercera serie,  (1778-1779)

“El ciego de la guitarra”, (1778-1779), Museo del Prado, Madrid.

“El chatarrero”, (1778-1779), Museo del Prado, Madrid.

“La acerolada”, (1778-1779), Museo del Prado, Madrid.

“La feria de Madrid”, (1778-1779), Museo del Prado, Madrid.

“El militar y la señora”, (1778-1779), Museo del Prado, Madrid.

“Muchachos jugando a soldados”, (1778-1779), Museo del Prado, Madrid.

“El niño del árbol”, (1779-1780), Museo del Prado, Madrid.

“El muchacho del pájaro”, (1779-17809), Museo del Prado, Madrid.

“El majo de la guitarra”, (1779), Museo del Prado, Madrid.

Cuarta serie,  (1779-1780)

“El columpio”, (1779), Museo del Prado, Madrid.

“El juego de la pelota a pala”, (1779), Museo del Prado, Madrid.

“El médico”, (1779), Galría Nacional de Edimburgo, (Gran Bretaña).

“El balancín”, (1780), Museo de Bellas Artes de San Pío V de Valencia.

“Niños del carretón”, (1778), Museo de Arte de Toledo de Ohio, (E.E.U.U.).

“La cita”, (1779-1780), Museo del Prado, Madrid.

“El resguardo de tabacos”, (1779-1780), Museo del Prado, Madrid.

“Las lavanderas”, (1779-1780), Museo del Prado, Madrid.

“Los leñadores”, (1780), Museo del Prado, Madrid.

“La novillada”, (1780), Museo del Prado, Madrid.

Quinta serie,  (1786-1787)

“Niños con mastines”, (1786-1787), Museo del Prado, Madrid.

“Niño montando un carnero”, (1786-1787), Instituto de Arte de Chicago, Illinois, (E.E.U.U.).

“Las floreras”, (1786-1787), Museo del Prado, Madrid.

“La nevada”, (1786-1787), Museo del Prado, Madrid.

«El albañil herido”, (1786-1787), Museo del Prado, Madrid.

“Los pobres en la fuente”, (1786-1787), Museo del Prado, Madrid.

«Riña de gatos”, (1786-1787), Museo del Prado, Madrid.

“La vendimia”, (1786-1787), Museo del Prado, Madrid.

“La marica en un árbol”, (1786-1787), Museo del Prado, Madrid.

“La era”, (1786-1787), Museo del Prado, Madrid.

“Cazador junto a una fuente”, (1786-1787), Museo del Prado, Madrid.

“Pastor tocando la dulzaina”, (1786-1787), Museo del Prado, Madrid.

Sexta serie,  (1787-1788)

“La pradera de San Isidro”, (1788), Museo del Prado, Madrid.

“La ermita de San Isidro el día de la fiesta”, (1788), Museo del Prado, Madrid.

“La gallina ciega”, (1788-1789), Museo del Prado, Madrid.

“Escena campestre”, (1786), National Gallery of London, (Gran Bretaña).

“Gato acosado”, (1786), Museo del Prado, Madrid.

Séptima serie,  (1791-1792)

“Mujeres conversando”, (1791-1792), Wadsworth Atheneum Hartford, Connecting, (E.E.U.E.).

“Las gigantillas”, (1791-1792), Museo del Prado, Madrid.

 “Los zancos”, (1791-1792), Museo del Prado, Madrid.

“La boda”, (1791-1792), Museo del Prado, Madrid.

“Las mozas del cántaro”, (1791-1792), Museo del Prado, Madrid.

 “Muchachos trepando a un árbol”, (1791-1792), Museo del Prado, Madrid.

 “El pelele”, (1791-1792), Museo del Prado, Madrid.

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