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Museo Karura Art Centre (MKAC)

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MUSEO KARURA ART CENTRE

(MKAC)

«Día Internacional de la Mujer»

(8 de marzo de 2011)

“MUJER, ARTE Y PODER”

Cartel de la exposición, realizado por la grabadora Yolanda Carbajales.


NOTA DE PRENSA

El MUSEO KARURA ART CENTRE, (MKAC), conmemora el “Día Internacional de la Mujer” de este año, 8 de marzo de 2011, con la exposición “MUJER, ARTE Y PODER” cuyos objetivos principales son los de homenajear a las mujeres artistas, cualquiera que sea la faceta artística que desarrolle, e invitar a todos aquellos que visiten el museo al análisis, al estudio y a la reflexión sobre el rol de la mujer en el mundo del arte y la evolución de este papel en el mundo del arte y del mercado del arte.

La exposición está ubicada en los tres edificios del museo, (Edificio Principal, Edificio Schumann y AULARIUM), que albergan, cada uno de ellos, una exposición temática que son complementarias.

Participan en esta exposición las artistas: Yolanda Carbajales, (autora del cartel), Zenaida Cajahuaringa Rivera, Dora Castro Castro, Mª Xesús Díaz, Victoria Fontana, Irene Gomis, Mar González Pérez, Isabel Gutiérrez, Carmen Holgueras, Luz Letts, Mª Jesús Leza, Elisabeth López Avilés, Mónica Lowenberg, Lilia Lujan, Imma Merino, Eulalia Peñafiel, Roxanna Rignola, María Rubio García, Raquel Sarangello, Lea Steirensis, Ingrid Tusell y Natalia Velit.

La exposición será presentada e inaugurada el día 8 de marzo de 2011, a las 23,30 horas, en el Salón Alegret del museo con una conferencia.

«MUJER, ARTE Y PODER»

PRESENTACIÓN

Desde que el mundo es mundo y las mujeres son mujeres, el primero no se ha portado de una forma generosa con las segundas en lo que a términos de igualdad se refiere;  tampoco en la valoración de sus capacidades y sus aptitudes en ámbitos que fueran más allá del doméstico.

Para ser más exactos, quienes no las tuvieron en cuenta fueron aquellos, (y empleo el género masculino intencionadamente), que dirigían y organizaban el planeta a su antojo al margen de la otra mitad de la Humanidad, gobernándolo a su capricho sin dar al otro sexo el lugar que, por propio derecho, le correspondía.

Sin embargo, aquellos que durante siglos se sentían poderosos, importantes e infalibles no veían más allá de su propio ombligo cuando, orgullosos, se vanagloriaban de sus dotes organizativas y no analizan el origen de su poder o de su éxito social y profesional.

Estaban tan convencidos de que la Tierra giraba, única y exclusivamente, porque ellos la movían y la impulsaban que no se percataban del hecho de que, mientras ellos hacían rotar el mundo, las mujeres los propulsaban a ellos hacia el exterior mientras ellas se ocupaban del gobierno del “mundo interior”, el del hogar, la familia y los círculos sociales más elementales, liberándolos de preocupaciones domésticas pero vitales, para que ellos se pudieran dedicar a sus “ombligos” y a empujar solos la bola terráquea.

El mundo del arte no fue una excepción.

Mientras los artistas de esas épocas tomaban sus pinceles y lienzos y, abandonando casa, mujer e hijos, vagaban buscando fuentes de inspiración cercanas o exóticas, la mujer artista debía tomar, antes que pinceles y lienzos, cacerolas y escobas. Sólo después de atender las faenas domesticas, le estaba permitido dedicarse a una vida artística aunque, evidentemente, con restricciones.

¡Pobre de la artista que quisiera buscar las mismas fuentes de inspiración que los varones en parajes cercanos y lejanos! No sólo estaba en juego su honor sino que, también, lo estaba la de su prole y su marido, en caso de tenerlos.

Incluso las artistas más privilegiadas, aquellas cuyo estatus social económico era superior y podían permitirse el lujo de poner en entredicho su reputación, debían de conformarse con fuentes de inspiración artística más limitadas: las de los grandes salones aristocráticos y acotar su creatividad a la elaboración de retratos de nobles, príncipes, princesas, reyes y reinas o a plasmar en sus lienzos magníficos motivos florales, apetitosos bodegones y algún que otro paisaje.

El tiempo, según dicen los más sabios, lo cura todo y el tiempo ha curado los “ombligos” masculinos. También el tiempo ha curado la extraña enfermedad que provocaba, en los varones, una especie de amnesia y les conducía a olvidarse de las potencialidades de las mujeres, de su capacidad para intervenir en ámbitos científicos, culturales y artísticos.

“Mujer, Arte y Poder”, la exposición con la que el MUSEO KARURA ART CENTRE, (MKAC), conmemora el “Día Internacional de la Mujer” de este año 2011, ha pretende, durante estos dos meses de exhibición y eventos en torno a ella, hacernos reflexionar a todos, hombres y mujeres, sobre el papel de la mujer artista; la evolución de este rol a medida que han ido transcurriendo los siglos y la trascendencia que ha supuesto la incursión de las mujeres como agentes decisivos en el mercado del arte.

TEXTO DE LA CONFERENCIA INAUGURAL

«Hoy en este fenomenal esfuerzo cultural y de voluntad que se llama Karura Art Centre trataremos el tema de La Mujer en el Arte, cosa que hasta en el mundo real se ha tratado en muchísimas ocasiones con imperdonable ligereza.

La mujer ha sufrido históricamente una fuerte exclusión de la mayoría de los ámbitos de poder, regentados por hombres. El arte no ha sido una excepción. Se trata de una actividad notoriamente pública. Los artistas pueden comunicarse con el medio que los rodea con su lenguaje más íntimo y rico. Esta misma característica de ser tan público y comunicativo fue paradójicamente la que conspiró contra las mujeres que intentaban seriamente ser artistas.

Imagen de los momentos previos a la inauguración de la exposición "MUJER, ARTE Y PODER"

Se puede apreciar una conciencia de la desigualdad histórica entre los roles masculino y femenino, que perjudica claramente a la mujer, ya sea entre los hombres como en las mujeres que participan en Escuelas de Adultos. Un futuro como ama de casa, un horizonte doméstico… son cuestionados como única alternativa de la mujer.

Fotografía del comienzo de la conferencia inaugural, teniendo como telón de fondo el cartel de la exposición realizado por la artista Yolanda Carbajales.

A pesar que esta situación ha mejorado considerablemente, en arte se hace necesario un rescate de las artistas olvidadas (para la crítica y para el público), de replanteamiento de la iconografía de la mujer (también en publicidad) y de un papel más activo en las aficionadas al arte.

Respecto a la mujer como tema a representar, se constata el gran número de obras de arte que a lo largo de la historia la han considerado como punto de inspiración. Salvo notables excepciones, la representación de la mujer ha corrido a cargo de artistas masculinos, reflejando ciertos tópicos como aludir más a sus rasgos sexuales y físicos que a los intelectuales, asociarla más a lo biológico que a lo cultural… La asociación de la mujer a la maternidad, la biología, la belleza y la sensualidad es ancestral.

Desgraciadamente, desde el siglo XIX ha habido un proceso de ocultación de escultoras, pintoras… de los manuales de arte de los museos… incluso olvidando documentos que desde la antigüedad hacían referencia a estas mujeres.

Tan solo a finales del siglo pasado las mujeres pudieron entrar en las academias, institución legitimadora del aprendizaje artístico; es curioso que esto se produjera precisamente cuando éstas comenzaran a ser cuestionadas. Así, se ha desterrado a la mujer al estricto ámbito de lo doméstico (hogar, familia…), lo biológico (flujos, maternidad…), a lo banal en arte (clases de pintura para chicas de la alta burguesía), a las labores del hogar (a las cuales está muy vinculada la artesanía).

Imagen del Salón Alegret.

La creatividad realizada tradicionalmente por mujeres se ha desplazado en numerosas ocasiones a la artesanía o las «manualidades», a lo banal y lo decorativo… Curiosamente, muchas artistas actuales reivindican la dignidad de estos espacios de creatividad y no hay duda de que la mujer aporta ciertos rasgos específicos a la creación artística que la enriquecen.

Es de notar que a pesar que las capacidades innatas son iguales para hombres y mujeres, las preferencias, la sensibilidad.., tiene particularidades según el género, lo cual no quiere en absoluto decir que unas predominan sobre otras.

Son muchos los nombres de grandes pintoras y es imposible mencionarlas a todas pero hay nombres que han dejado una huella imborrable en el arte antiguo y contemporáneo: Katia Acín, Camile Claudel, Tamara Lempicka, Artemisa Gentileschi, Frida Kahlo, Hildegarda de Bingen, Judith Leyster, Mary Cassat, Alice Neel, Georgia O´Keefe, Maruja Mallo o María Blanchard. Sé que olvido muchísimas y no es intencional.

El público asistente dirigiéndose a visitar la exposición, una vez finalizada la conferencia.

En fin, la presencia femenina en el arte ha sido en el pasado tan silenciada como necesaria y aunque podemos ver el futuro artístico de la mujer con optimismo aún quedan conceptos erróneos y prejuicios que irán desapareciendo.

No quiero terminar sin recordar a aquellas mujeres a lo largo del mundo que por pertenecer a sociedades muy pobres o con mentalidad tribal, reaccionaria y feudal, no tendrán jamás la posibilidad de ser artistas.

Demos las gracias a ina Karura que con su energía y tesón ha contribuido a que este mundo virtual sea tomado más en serio y que ha abierto esta posibilidad a numerosos artistas» (Tanee Almendros).

Más información en: http://www.farodevigo.es/sociedad-cultura/2011/03/07/arte-real-mundo-virtual/524633.html

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